martes, 29 de septiembre de 2009

R.I.P.

Dos días tardaron mis sistas en fregarse la bateria del Guitar Hero por la que se llevaron mi Wii.

Por eso nunca les regalo nada ¬_¬

lunes, 21 de septiembre de 2009

Bye bye

Tenía alrededor de 5 meses fuera de mi casa, tiempo durante el cual mi wii estuvo empolvándose en mi cuarto, así que le dije a mis hermanas, las regias, que se los iba a regalar.

Regresé de mi pinche travesia en proyectos ajenos unos dos meses después y por cuestiones de unos cuestionarios religiosos medio raros, hubo oportunidad de realizar un mini maratón de smash brothers con los plebes.

Ahí es donde me acordé de porqué había comprado el aparato hace dos años. Pero el gusto no me duró mucho porque el aparato ya se fue a Mty.

Ni pedo, life goes on...al cabo que hay muchas cosas en las cuales puedo perder el tiempo que no tengo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Libros leídos en el 2009: 8, 9

La sombra sobre Innsmouth,
El Horror secreto y otros cuentos
de H. P. Lovecraft

Se supone que los relatos de Lovecraft son sinónimo de horror, y técnicamente es cierto. El pedo es que no son muy terroríficos en realidad. Culpo de esto a la televisión que me ha echado a perder, o tal vez fue leer los cuentos entre estaciones del metro rodeado de güeyes como yo mientras un fulano quería vendernos 300 temas de lo mejor de la salsa.

El punto concreto es que a pesar de que los elementos están ahí, los relatos no logran su cometido de asustarme. Por supuesto que Lovecraft es uno de los pílares del género y de ahí surgieron inchemil imitadores. Pero como lo comenté antes: autores más recientes me echaron a perder.

Básicamente la plantilla de todos los cuentos, con algunas excepciones, es el siguiente:
El narrador llega a un lugar desconocido (generalmente algún pueblo rural) donde descubre que algo no está bien. Después de algunos sucesos y/o una que otra muerte descubre "la verdad", la cual envía al protagonista al borde de la locura. No es forzoso, pero seguramente aparecerá un mostro abominable cuya existencia es una afrenta a la racionalidad, tan abominable que suele ser indescriptible.